Todos reconocemos la importancia que tienen las redes sociales hoy en día, la cantidad de horas que les dedicamos diariamente, y el enorme flujo de información que ofrecen. Ellas han cambiado en gran medida la percepción que tenemos de nosotros mismos y de los demás, y nos han llevado a modificar hábitos y comportamientos, transformando nuestra cotidianeidad.

Esto no escapa a las empresas, que han debido adaptar sus estrategias de marketing, más específicamente de online marketing, para seguir conquistando a sus públicos, reforzar su marca y generar vínculos más cercanos con sus clientes. Hoy en día, mantener una buena comunicación con el público es una necesidad para cualquier empresa, negocio o emprendimiento, y en ese sentido las redes sociales son vitales.
Hasta aquí lo que todos sabemos. Pero las cosas no siempre fueron así.
Partamos de lo básico: la pre-historia de las redes sociales
Los antecedentes de las redes sociales fueron programas que servían como medios de comunicación entre computadoras. Entre ellos podemos mencionar a Usenet, ARPANET, Servicios de tablón de anuncios (BBS), Classmates.com, SixDegrees.com, Epinions.com. Pero todas ellas eran sitios estáticos, donde la observación era pasiva, porque pertenecían a la Web 1.0.
La historia cambia cuando internet se transforma en lo que conocemos como la Web 2.0, que permite a los usuarios intercambiar, colaborar y generar contenido entre sí. Entonces aparecen las redes como las conocemos hoy en día, junto con las aplicaciones web, las wikis, los blogs, etc.
Las primeras redes sociales de esta nueva era fueron Hi5, Myspace, Friendster y Tribe. Y luego aparecieron Facebook, Twitter, Instagram, LinkedIn, Twitter, YouTube, WhatsApp, Telegram, etc., que son algunas (sí, sólo algunas) de las redes sociales modernas de la web 2.0.
Qué son las redes sociales y para qué sirven
Si tenemos que definirlas de alguna forma diríamos que las redes sociales son sitios web, a los que puede acceder cualquier usuario, quien tiene su propia página donde publicar contenidos, y además puede comunicarse con otros usuarios.
Sus características principales son:
Permiten la creación de un perfil que puede compartirse
Se pueden ver las conexiones en común con otros usuarios
Se puede crear diferente contenido, que se relaciona con nuestro propio perfil
Permiten buscar usuarios, teniendo en cuenta contactos compartidos, intereses en común, etc.
Permiten el control y configuración de la privacidad
Además, son plataformas de negocios. Y esta última característica es lo que las hace tan atractivas y útiles para las empresas y los emprendimientos de todo tipo.
Algunos números sobre las redes sociales en la actualidad
De acuerdo al Global Digital Report 2019, un estudio realizado por Hootsuite y We Are Social, se estima que 3.484 billones de personas (45% de la población mundial) utilizan redes sociales. Y aún no hay datos posteriores a la pandemia, pero se estima que el número sería aún mayor.
Esta cifra impresionante indica la inmensa relevancia de las redes sociales no sólo para la interacción entre las personas sino también para el posicionamiento de las marcas. En ese sentido, también hay que tener en cuenta que las redes sociales son muchas, por supuesto, hay algunas más importantes que otras de acuerdo a los objetivos y el público al que cada perfil se quiera dirigir. Mirá estos números que muestran cuáles son las redes con mayor cantidad de usuarios en el mundo:

De este panorama mundial, debemos destacar que en Latinoamérica las redes sociales registran una penetración de más del 80%, y teniendo en cuenta que se trata de una población de aproximadamente 600 millones de hispanoparlantes, eso refuerza el hecho de que una buena estrategia de marketing digital debe, sí o sí, incluir a las redes sociales.
Entonces cuáles son las redes sociales que convienen a mi negocio
Antes de elegir qué red social incluir en mi estrategia, tenemos que tener bien en claro cuál es el objetivo de nuestro negocio y analizar qué características tiene el público al que nos dirigimos: principalmente qué edad tiene, cuáles son sus necesidades y gustos; qué redes sociales utiliza y cuál sería la mejor manera de comunicarme con ellos de acuerdo a los hábitos o estilo de vida que tenga ese público en general.
Porque no todas las redes sociales tienen el mismo público ni permiten alcanzar los mismos objetivos. Por ejemplo:
Facebook: tiene la mayor cantidad de usuarios y en ella podemos encontrar gente de cualquier edad y de los más diversos intereses. El público allí es tan grande actualmente que, para llegar a más personas, es casi necesario invertir publicidad segmentada a través de Facebook Ads (allí está su negocio). Pero es como las antiguas guías telefónicas: es importante estar ahí.
Twitter: si los objetivos de tu negocio son informativos (noticias, información técnica o corporativa), o de atención al cliente, esta red social te puede funcionar. Eso sí, hay que publicar regularmente y tener en cuenta que allí todo es más efímero. Lo que prima es la interacción en tiempo real.
LinkedIn: esta es la red social profesional por excelencia. Es excelente para encontrar oportunidades laborales, buscar nuevos clientes y hacer contactos profesionales. Y nos permite posicionar nuestra marca ante el público y ante otras marcas también.
Instagram: tiene un público joven y desenfadado; y su contenido es eminentemente visual. Las fotos son muy importantes para provocar sensaciones y generar interacciones. Pero no solamente fotos “muy cuidadas”: también las fotos espontáneas (no confundir con improvisadas) generan empatía y contribuyen a la marca.
YouTube: es más que una red social, es el segundo buscador más utilizado del mundo, detrás de Google. Con esta red social se logra una presencia online mucho más dinámica, sumamente útil para hacer demostraciones visuales o tutoriales de servicios y productos.
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Como se puede ver, cada red social tiene sus propias características y su público particular. Una vez que analicemos esa información, podremos determinar objetivos de marketing más claros.
Una de las razones para elegir las redes sociales más convenientes (y no todas) es que mantener una red social funcionando correctamente lleva realmente mucho tiempo, dedicación y esfuerzo, en su planificación, análisis e implementación/mantenimiento. La improvisación en marketing no es amiga de los buenos resultados.
Y otra cuestión a tener en cuenta es que, si se diversifican mucho las redes, es probable que luego no tengamos tiempo de atenderlas todas y terminemos abandonándolas. Y no hay peor cosa para la imagen de una marca que tener sólo publicaciones antiguas y falta de interacción.
En síntesis, lo importante es abrir perfiles en las redes sociales en donde se encuentren nuestros clientes actuales o potenciales (público objetivo) y asegurarnos de que tendremos tiempo para gestionar dichas redes, o evaluar la posibilidad de delegar esa función.
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