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Tiempos de crisis: cómo sostener una buena y saludable comunicación

2021. Seguimos en pandemia. Y ya casi nos acostumbramos a vivir en clima de crisis, pero al costo de un enorme desgaste y cansancio. Entonces, ¿cómo mantenemos una comunicación eficiente, que nos permita seguir avanzando hacia nuestros objetivos? Acá te contamos algunas ideas del blog de Alejandro Formanchuk, que te pueden servir para apuntalar la comunicación y los vínculos con tus colaboradores. ¡Quedate y seguí leyendo!


Homeoffice y trabajo colaborativo en red

Ya antes de la crisis sanitaria venía tomando fuerza una tendencia al teletrabajo, impulsada por una transformación del mundo laboral que estaba incorporando avances de la robótica, la automatización y la inteligencia artificial. Esto ya estaba ocurriendo. Pero a raíz de la pandemia todo este proceso se aceleró y se instaló, generando cambios y nuevas necesidades, entre ellas la de lograr un home office eficiente a partir de una comunicación eficaz y fluida.


Entonces muchos se han preguntado cómo seguir adelante, cómo preservar el sentido de pertenencia de los colaboradores, cómo establecer controles en los procesos laborales, entre muchas otras cosas. Si bien a esta altura muchos se han acostumbrado, acá compartimos algunas ideas clave de tres grandes de la comunicación como Joan Costa, Formanchuk y Bosovsky, para salir del modo supervivencia, mejorar los procesos y crecer de verdad.


  • Organización: Organizar el trabajo al máximo estableciendo claramente las tareas, horarios, reuniones, temas, objetivos de cada día, y así mantener la conexión del trabajador con la empresa.


  • Planificación: Es importante para ayudar a todos a vislumbrar un horizonte. ¿Cuál es la situación actual de la empresa? ¿Qué pasará cuando pase el pico de la crisis? Los líderes deben ser mesurados en este punto y brindar la información adecuada y necesaria (ni más ni menos), con la frecuencia justa, con realismo pero sin descuidar aquellos detalles positivos que ayuden a contrarrestar el pesimismo, el pánico, la parálisis.


  • Líderes y mandos intermedios: Es importantísima su “presencia”, su compromiso y su empatía. Los mando intermedios, además, necesitan ser muy respaldados ya que sobre ellos recae una alta presión de comunicación ascendente, descendente y horizontal.


  • Equipos: Hacer reuniones online e implementar estrategias similares para potenciar la organización de equipos, el trabajo colaborativo, y sostener los vínculos. Para ello es indispensable investigar, ampliar y reforzar las herramientas técnicas y canales de comunicación online.


  • Propósito: Activar un propósito de bien común de la empresa, que nutra el compromiso de los trabajadores y refuerce comportamientos positivos, proactivos, sentimiento de pertenencia, etc.


  • Estímulos: En lo posible, es de alto valor crear incentivos para los trabajadores y espacios de contención y resolución de dudas. Ante todo, cuidar a las personas: su salud, su seguridad, su supervivencia emocional y su supervivencia económica.


  • Feedback: Además de preguntar informalmente y de forma natural, hacer encuestas online para consultar a los trabajadores cómo están. Esto además es bueno para recoger ideas, opiniones, valoraciones, sugerencias.



  • Transversalidad. La comunicación no puede ser responsabilidad de una persona o un área. Debe ser transversal e integral.


  • Corresponsabilidad: Las empresas y organizaciones necesitan que todos sus trabajadores se impliquen en la lucha para que la empresa sobreviva y resurja con fuerza. La participación, la colaboración, la cocreación y la corresponsabilidad, son las claves para lograrlo.


Un desafío para los líderes


Estamos viviendo tiempos en los que es fundamental hacer un cambio de mentalidad. Para eso podemos empezar por:


  • Priorizar a las personas, porque sin ellas no hay nada: ni empresa, ni mercado, ni clientes, ni trabajadores, ni proveedores, ni periodistas… NADA.

  • Simplificar los procesos, olvidarnos de la burocracia e ir directamente a las cosas, sin rodeos, y tomar las decisiones de forma inmediata.

  • Evitar explicaciones complejas. Planificar acciones y cumplirlas con metodologías ágiles, enfocadas directamente a objetivos.

  • Trabajar en equipo. Todas las personas de la empresa son necesarias para colaborar, ¡y están ansiosas por hacerlo! Cada uno es un nido de creatividad y todos juntos tienen un potencial que se debería canalizar.

  • Liderazgo participativo. Ser líderes de ideas, de eficacia, de efectividad, y capaces del debate en equipo.

  • Comunicación. Es la gran herramienta para compartir el sentido de todo lo que hacemos y debe basarse en hechos reales y concretos. El método publicitario de las promesas se acabó, la gente está cansada de promesas. La capacidad de dialogar, de escuchar, de motivar a la gente, de entender registros emocionales, deben pasar a un primer plano.

 

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Grandes errores que se deben evitar


Se trata de acciones que son parte del pasado, son lo que hay que dejar atrás, lo que ya no suma:


  • Formalismo extremo. A veces los que redactan los mensajes emiten comunicados fríos y formales, como si no estuvieran hablando con personas. Es necesario volver a insistir en la necesidad de empatía.

  • Suponer que todo debe estar en manos de un área o persona que se ocupa de la “comunicación”. El área de comunicación no puede hacerse cargo sola de esta situación: es correcto la planifique, pero debe ser implementada por todas las personas todos los días.

  • No considerar el valor comunicacional de las acciones. Las acciones son mensajes, los mensajes son acciones, y todo termina comunicando y significando. Para que un mensaje tenga peso en una organización tiene que verse aplicado en una acción. Ante todo, coherencia entre lo que se dice y lo que se hace.

  • Perder el sentido de la épica. Una organización es el conjunto de los relatos que se cuentan. Tienen que ser relatos ciertos, veraces, esperanzadores, que motiven a la acción y que haga a todos mejores.

  • Creer que la gran transformación consiste sólo en la utilización de herramientas tecnológicas. Eso es un mito. Claramente es correcto y necesario implementar herramientas técnicas para comunicar, pero ahí no está la solución a los problemas sino en el trabajo sobre la cultura de comunicación de la empresa u organización, que tiene que ver con la humanización de las prácticas y los diálogos.

  • Suponer que es muy costoso asumir estas transformaciones. En realidad, lo más importante es el cambio de mentalidad. Esto no requiere presupuestos, sino voluntad y comprensión. Es decidir hacer una empresa más humana, más ética, más centrada en las personas, lo cual ha de redundar en beneficios para todos.



¿Qué pensás de estas ideas que te compartimos hoy? Contanos en un comentario y así crecemos juntos.

Y si querés más ideas sobre comunicación y productividad para aplicar en tu vida, tu negocio o empresa, suscribite.



¡Hasta la próxima!



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